25 noviembre 2012

0 Inimaginable


El hombre ya fue a la luna,
ya volvió, bajó a los mares,
inventó cientos de drogas,
fantaseó con sexo cibérnetico,
se hizo adicto a la pornografía,
y sigue intentando conquistar
otros confines,
pero nada aún se compara
con el gusto de saborear 
y volverse adicto a una
hermosa vagina.


0 comentarios:

Publicar un comentario

¿También perdiste tu par de alas?
¿Quieres comentar algo?
Sale púes.