06 octubre 2011

0 Llegará la hora de entregar las cuentas


Eres la mujer que juega conmigo,
de nombres falsos, de
sonrisas cómplices,
con ganas de volar.




Eres la mujer deseada, que disfruto
pero no tendré jamás.

Eres la mujer de mi mejor amigo,
la novia del gángster,
la esposa del jefe de policía,
la amante de mi padre,

eres la mujer que se divierte cuando miente
día a día, tejiendo una teleraña de mentiras
cada vez más estirada.



Tus labios creen que guardarán el misterio mucho
tiempo,
pero el hilo
está a punto de romperse, a punto de romperse.

Eres la mujer prohibida, y pronto,
tendré que entregar cuentas, mientras tú,
tan lejos,
vuelves a hilar con tu sonrisa, con tu mirada
y con el corazón punzante de tus piernas.

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